COMENTARIO

EL ESPÍRITU DE LA VERDAD

En medio de la dificultad de continuar la obra de Jesús por nuestra limitación humana.  Por eso mismo.  Para responder a la invitación a hacer la obra de Jesús, necesitamos el Espíritu Santo, el Paráclito que en su campo semántico están las palabras ayudar, acompañar, aconsejar, y se define como abogado, intercesor y consolador.

Estar unido a Jesús es permanecer en su palabra con sus exigencia e implicaciones, y amar es obedecer sus enseñanzas.  De ahí que Jesús les ofrece a sus discípulos El Espíritu de la Verdad, que da testimonio de Él y que solo lo pueden recibir los que están abiertos a sus mandamientos y hacer experiencia de su acción.  También Jesús se dirige a sus discípulos como “hijitos” ya que el anuncio de la muerte conlleva el anuncio de la resurrección, pero tendrán en común la vida que Jesús tiene en su Pascua.

Dar testimonio de Jesús resucitado, conlleva entrar en conflicto con el mundo porque dejarse guiar por el Espíritu de la Verdad por antonomasia el cristiano descubrirá la falsedad del mundo.  El mundo no conoce el Paráclito, porque se mueve desde el poder, el delirio de grandeza y el miedo, y no desde la defensa del pobre.  En medio de ese contexto, El Paráclito es guía, consejo y defensor que ayuda a descubrir la realidad de Jesús y las dinámicas de destrucción del mundo.  El fundamento para crecer en las palabras de Jesús es la unión perfecta con el Padre.

«Quien es fiel a mis mandamientos…»