Continuamos agradeciendo a Dios por el Legado dejado por San Antonio María Claret a cada Misionero Claretiano en el mundo.

«La gracia, comunicada por Dios en grado diverso a cada uno de los miembros de un Instituto, es gracia dada en orden a la realización del carisma» (Declaración sobre el carisma, Capítulo XVII, n. 9).