El 15 de junio se llevó adelante el taller para catequistas de la provincia. La oración y la dirección general de la temática estuvo animada por el padre Enrique Aponte, cmf prefecto provincial de apostolado.

La jornada de formación se fundamentó en la espiritualidad del catequista desde su llamado, a la luz del texto bíblico de Marcos 3:13 en donde se recordó que la vocación del catequista tiene su origen en la llamada que hace Dios y la respuesta que da cada uno de los bautizados.

Ser catequista es una gracia y un don. Esta llamada del padre a la tarea de la catequesis se realiza a través de Cristo en la iglesia. El Cristiano recibe su primera vocación en el bautismo, vocación que queda confirmada por el Sacramento de la confirmación.

Los catequistas durante la jornada fueron invitados a la escucha de la Palabra de Dios, hacer servidores de la Palabra, amigos de la Palabra y traductores del programa de Dios.

Además, se les recordó que la catequesis de Jesús a sus discípulos hemos de tomarla como un modelo concreto de formación integral para todo catequista. Siguiendo las huellas de Jesús el catequista, educa también en todas las dimensiones del Evangelio y lo hace con su misma pedagogía.

El catequista debe tener un oído en el evangelio y el otro en la comunidad, para dar respuesta a las realidades, desafíos y necesidades de la comunidad eclesial.