Del 18 al 20 de noviembre se llevó adelante la XIX asamblea provincial.

En ambiente de fraternidad, se vivió cada uno de los momentos que se establecieron.

Las jornadas formativas, iluminaron el caminar de nuestro organismo, para ir fortaleciendo la vida y misión.

Los momentos de espiritualidad, acrecentaron nuestra vocación y servicio misionero de la Palabra.

Los momentos de fraternidad entre laicos y religiosos nos permitieron renovar, nuestra tarea de misión compartida y de hacer con otros lo que solos no podemos, tal como nos lo indica nuestro fundador.

La evaluación del caminar misionero, a través, de la indagación apreciativa, nos permitió descubrir las semillas de vida, las cizañas y los compromisos para los próximos años de nuestro organismo.

Finalmente, el sueño elaborado por cada una de las estructuras y áreas, junto a las propuestas ayudarán a fortalecer la vida misionera.

Damos gracias a Dios, por este espacio que nos concede, para discernir, evaluar, animar, acompañar y proyectar la vida de nuestra provincia.